Para borrar de nuestra agenda, se puede calificar el día de hoy, y es que la vida te da palos, pero no se puede dar un palo tan grande como el de hoy.
Siempre pensamos que el milagro se podía obrar, pero Él te quiso a su lado ya. El paso del Señor reviraba hacia la puerta de la Concepción, cuando decenas de móviles sonaban queriendo marcar el son que llevaban los costaleros y es que N.H. Javier Zamora había fallecido a los nueve años de edad.
Una vida terrenal que se acaba, pero una nueva vida en el Getsemani del Cielo, al lado del Padre, ha nacido, y es que él seguro que ya está de la mano de su querida Madre y Sra. de los Dolores.
En el silencio de la noche de madrugada, subido al paso, Él Señor me susurro al oído, ¡!! David!!! para él, mi mantolín y para mi, su medalla. Que contar de Javier, las palabras sobran en este caso, suprimámoslas por una oración.
Tu hermandad no te olvidará. Que Dios allí donde estas te Bendiga.
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